Stealth Symphony, la melodía chirriante y tópica de la Jump.

De cuando en cuando, me permito echarle un ojo a ciertos mangas de la Jump, ya sea porque me llaman la atención, porque soy incondicional de la revista de Shueisha o simplemente por recomendaciones o buenas palabras.

El caso que hoy nos ocupa, Stealth Symphony, corrió a mi cuenta. Me llamó la atención una portadilla y el argumento, así que me dispuse a ojearlo, con tal mala suerte de que cuando yo iba leyendo por la mitad la revista anunciaba su cancelación.

¿Fue justa esta cancelación? Pues voy a ser directo, rotundamente sí, este manga es uno de los peores shonen que me he podido echar a la cara en mucho tiempo. Normalmente cuando la Jump cancela alguna serie discuto acerca de si lo merecía o no, pues han cancelado mangas que a mí me parecen muy potentes (recuerdo aún el caso de la misteriosa Enigma), pero en este caso me temo que el público ha sido inteligente.

Para empezar, los personajes, no los podían coger más típicos, ¿verdad? El protagonista es de esos que tienen algo demoníaco en su interior y debe aprender a controlarlo (¿os suena de algo? Sí, a mil otros mangas). El elenco de secundarios, tan extenso, se pierde enseguida entre las páginas y no llegas a querer a ninguno de ellos, ni siquiera a apreciarlos.

Si tuviera que destacar alguno en positivo, sería la máscara que acompaña a nuestro protagonista, que tiene algún momento bueno, pero es todo.

Respecto al dibujo, pese a no ser malo ni feo en ningún momento, tampoco tiene ninguna característica en particular que le haga destacar sobre otros, siendo así un estilo gráfico del montón, sin personalidad.

Y claro, llegados a este punto, qué voy a decir del argumento. Plagadito de situaciones ya vistas, tópicos por doquier y encima hecha sin gracia alguna que al menos pueda hacerlo ameno. El comienzo era prometedor, pero se desinfló muy rápido, tanto que sólo llegó a los 3 volúmenes, y gracias.

En resumen, Stealth Symphony es un manga olvidable, al que ni merece la pena echar un ojo, no aporta absolutamente nada ni a la revista donde se publicó ni al género.